Las autoridades se niegan a reconocer la legalidad de un reglamento de la UNA.
Esta negación es parte de su actitud de no reconocer lo que hace en el Consejo Superior, cambiando su actitud de maridaje que mantuvieron durante más de treinta años con quienes integraban dicho Consejo.
La actitud cambió, no porque hubiera cambiado el gobierno que los designaba y que siempre lo hizo, cambió porque los nuevos designados no eran parte de la comitiva de genuflexos que hacían y deshacían a sus anchas en la UNA.
En su afán por desconocer los actos del Consejo Superior son capaces de llevarse por delante hasta quienes les temen, los adulan y asienten en ademan religioso. Son capaces de impedir que se cumpla un reglamento que beneficia a los Profesores, tal como se hace en la mayoría de las universidades del país.
Logran que hasta el gremio de los profesores les dé la razón en su desafuero y de rodillas pidan, con voz muy baja, casi imperceptible,…por favor perdonen a algunos y les apliquen el reglamento…
Quienes hoy se preocupan por la legalidad del mencionado reglamento les importa un pito las deducciones del Seguro Social que no se reportan y dejan sin sus cotizaciones a los profesores, empleados y obreros de la UNA.
Desconocen los argumentos jurídicos de su Consultoría y esconden sus opiniones desde el 16 de mayo hasta el 05 de octubre de este año, queriendo tapar el sol con un dedo.
¿Cómo se puede calificar esta maniobra que quieren que pase desapercibida?
¿Por qué los miembros de la Comisión Clasificadora están dispuestos a someterse a juicio para avalar esta patraña?
Lea y decida si se queda callado o toma acción en defensa de la legalidad que los reglamentos de la UNA establecen.
Por último la perla de la corona
Casi que les falta decir que enfureceran si siguen sin hacerles caso.
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